
Premier League
El 1 de noviembre marcará un año desde la llegada de Ruben Amorim al banquillo del Manchester United. Doce meses intensos, repletos de derrotas dolorosas, sensaciones confusas y una inversión millonaria que, de momento, no ha ofrecido el retorno esperado. Sin embargo, Jim Ratcliffe, copropietario del club, insiste en mantener la calma: el técnico portugués tiene todavía dos años más para demostrar que es el hombre indicado para reconstruir al gigante de Old Trafford.
Ruben Amorim y el peso del proyecto Red Devil
El balance del Manchester United bajo el mando de Ruben Amorim es preocupante. En 34 jornadas de Premier League, el equipo solo ha ganado 10 partidos y ha perdido 17, firmando el peor porcentaje de triunfos de un entrenador permanente del club desde la Segunda Guerra Mundial. Los números son demoledores: apenas 37 puntos sumados, solo por encima de Tottenham y West Ham entre los equipos que se han mantenido en la élite.
Sus victorias, además, carecen de peso competitivo. Cuatro de ellas fueron ante rivales que descendieron o jugaron con un hombre menos, y otras dos frente a recién ascendidos. En Europa, la caída en la final de la Europa League fue la estocada que impidió maquillar una temporada gris.
Pese a todo, según se cuenta en DailyMail, Jim Ratcliffe ha reiterado que Amorim merece tiempo. En declaraciones recientes, el empresario británico recordó que figuras como Sir Alex Ferguson o Mikel Arteta también atravesaron periodos difíciles antes de triunfar. “No se puede construir un club como el Manchester United reaccionando cada semana ante un periodista enfadado”, afirmó con determinación.
Jim Ratcliffe, un defensor del proceso a largo plazo
Aunque su participación accionarial es del 25 %, Jim Ratcliffe tiene control sobre las decisiones deportivas en Old Trafford. Bajo su gestión, el Manchester United ha experimentado una profunda reestructuración interna: despidos masivos, reducción de gastos y una apuesta clara por la sostenibilidad económica. “Había un nivel de mediocridad que debía corregirse. Queremos un club rentable y competitivo, capaz de sostener el éxito a largo plazo”, explicó recientemente.
Esa visión empresarial, sin embargo, choca con la realidad deportiva. El equipo ocupa el décimo puesto en la Premier League, con apenas 10 puntos tras invertir más de 250 millones de euros este verano en nombres como Benjamin Sesko, Matheus Cunha, Bryan Mbeumo y Senne Lammens. Un gasto enorme para resultados escasos.
Las críticas no han tardado en llegar. Jamie Carragher considera “insostenible” el trabajo de Amorim y predice su salida antes de Navidad. Paul Scholes coincide: “Parece solo cuestión de tiempo”. Más prudente fue Wayne Rooney, quien pidió paciencia, aunque admitió que “lo visto hasta ahora no inspira confianza”.
Premier League: la cuesta arriba de Ruben Amorim
En su primer año, Ruben Amorim ha intentado imponer su idea de juego, pero los resultados no acompañan. El United no encadena cinco victorias consecutivas desde la temporada 2023-24, y su fútbol continúa siendo irregular y previsible.
La reciente victoria ante el Sunderland (2-0), con goles de Mason Mount y Sesko, ha servido solo para tomar oxígeno, no para borrar ocho meses de dudas. El equipo necesita continuidad, solidez y liderazgo, tres pilares que Amorim no ha logrado establecer hasta ahora.
Pese a todo, Ratcliffe mantiene su postura: el portugués tendrá tres años para demostrar su valía. Su discurso de paciencia, inusual en la Premier League, refleja una apuesta ambiciosa y arriesgada. Si Amorim fracasa, el argumento del largo plazo perderá fuerza; si triunfa, Ratcliffe será recordado como el hombre que devolvió la fe al Manchester United.
El tiempo, sin embargo, juega en contra. Old Trafford exige victorias, y los aficionados se impacientan. Ruben Amorim encara un curso decisivo: el que definirá si es realmente el arquitecto capaz de devolver al Manchester United su grandeza o simplemente otro nombre más en la lista de decepciones.