Serra Ferrer, te echamos de menos

OPINIÓN / El Betis sigue en la deriva desde que la única persona que le hizo tocar el cielo fue despedida como un cualquiera

Javier Macías Jiménez | 1 Dec 2020 | 16.28
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Serra Ferrer, te echamos de menos "Foto: AS"
Serra Ferrer, te echamos de menos "Foto: AS"

El Real Betis Balompié mira preocupantemente al abismo. Y lo hace porque sus dirigentes son los peores de la historia del club. Personas que no miran por el bien de los intereses del equipo del fútbol, que entienden la pasión y el sentimiento de miles de personas como un negocio más del que sacar un porcentaje, una cifra. No saben ni quieren saber de fútbol, solo de realidades virtuales, videojuegos, negocios con México y avance de su red empresarial. Y mientras tanto, el único que en todo el siglo hizo tocar el cielo al equipo en alguna ocasión en su casa.

Todos los males del Betis se pueden resumir en una frase: escasez de ambición. Uno de los clubes con más masa social de toda España y que año tras año acumila ridículos variados. Pero, ¿y qué pasa? Nadie hace nada, nadie cambia nada. Es la consecuencia de tener al club en las manos de dos tiburones de los negocios sin ninguna idea de gestión de un club.

Serra Ferrer, te echamos de menos

Al entrenador que ganó un título con el equipo, al técnico que metió al equipo en la Champions League, al director deportivo que se inventó una plantilla de la nada para volver a Europa fichando a Sergio Canales y Pau López por 0 euros, al mejor profesional de todas las ramas que jamás ha tenido el club en sus filas y al que un par de malnacidos decidieron arrinconar para jugar a las maquinitas como si de un Modo Carrera se tratase.

A esa persona es a la que me dirijo como bético, pero porque tengo el medio para poder hacerlo y sé que todo aficionado al Real Betis Balompié de verdad lo piensa: vuelve Serra. Aúna fuerzas con otros que piensen como tú, reúne una iniciativa y un proyecto para la próxima Junta de Accionistas, regresa a la que siempre fue tu casa y en la que tantas alegrias has dado a tu gente, a esa que no puede más. No puedes permitir que haya niños que se acuesten todos los días que juega su equipo llorando, no puedes dejar que sigan haciendo de un sentimiento tan grande un negocio tan ruín. Te esperamos con los brazos abiertos.