La eliminación de la Copa Conmebol Libertadores sigue teniendo secuelas en la Bombonera. Más allá de que en el club sienten que el arbitraje condicionó todo el encuentro, Boca Juniors no está conforme con el rendimiento del equipo en la serie, donde mostraron muy poco juego ante un Atlético Mineiro que tiene una plantilla impresionante, pero que tampoco es un conjunto sólido. Y Juan Román Riquelme no está conforme con la situación.
El director de fútbol del conjunto xeneize no le gusta la manera de jugar del equipo, que se aleja a lo que él quiere. Y ha apuntado al principal culpable de la situación: Miguel Ángel Russo.
El proyecto de Russo no da para más
El experimentado entrenador argentino no ha dado con la tecla desde su regreso a la Bombonera. Ganó el primer título nacional que disputó, pero después quedó eliminado en las semifinales y octavos de final de la Copa Libertadores, el principal objetivo del club. Los golpes son cada vez más fuertes para una institución que no está bien económicamente y que no tiene una plantilla acorde a su historia, lo que es culpa del propio Riquelme y que quiere resolver con un cambio de entrenador, alguien que proponga u futbol ofensivo y que pueda potenciar una plantilla sin nombres rutilantes.
Según informan desde Argentina, Juan Román Riquelme quiere que Gabriel Heinze se convierta en el nuevo entrenador de Boca Juniors para la próxima edición de la Copa Libertadores de América. La intención es que Russo termine el campeonato argentino y después cambiarlo, aunque si los resultados no se dan todo se puede adelantar.
Gabriel Heinze, que viene de ser despedido del Atlanta United, es uno de los mejores entrenadores jóvenes de Argentina y sería la primera opción de Riq uelme, pese a que su relación no es la mejor, pero Román quiere que el equipo mejore a nivel individual y que los jóvenes se potencien en el corto plazo.
El ex internacional argentino y del Real Madrid se caracteriza por ser un técnico exigente y que le gusta el fútbol ofensivo, perfiles que necesita Boca para levantarse después de años complicados a nivel internacional.