La reciente noticia sobre el traspaso de Julian Draxler al Al Ahli ha generado preocupación en la UEFA. El futbolista alemán se convirtió en el tercer jugador del Paris Saint-Germain en fichar por un club catarí durante este verano, en un momento en el que el PSG necesitaba realizar ventas significativas para cumplir con las regulaciones del Fair Play Financiero de la UEFA y evitar sanciones.
Estas operaciones han ayudado al club galo a sumar un total de 85 millones de euros a las arcas del club parisino, encendiendo las alarmas en el máximo organismo del fútbol europeo debido a la proximidad geográfica entre Qatar, donde se encuentra el Al Ahli, y el PSG, tomando la decisión de abrir una investigación para examinar la ética y la limpieza de estos traspasos. Una de las posibles acciones que podría tomar la UEFA es congelar las cantidades recibidas por el PSG en estos traspasos para que no sean contabilizadas en sus cuentas financieras. Además, el club parisino podría enfrentarse a sanciones si se encuentra que ha violado las regulaciones del Fair Play Financiero.
El PSG tiene un serio problema
Esta situación subraya la importancia de la transparencia y el cumplimiento de las regulaciones financieras en el fútbol europeo, tomando desde hace tiempo la UEFA medidas para garantizar que los traspasos cumplan con los estándares éticos y financieros establecidos por el organismo rector del fútbol en Europa, pudiendo ser el PSG el siguiente club castigado por dicho incumplimiento.