El Valencia CF se marcó antes del verano un objetivo claro e indiscutible: desprenderse de prácticamente todos sus arqueros. Por desconfianza, por deseo de traer a otro o por querer renovar la portería ‘ché’, el conjunto valencianista decidió fichar a Neto y, como mínimo, dar salida a 2 de los 3 porteros blanquinegros. Y lo ha logrado, aunque no podamos decir que sus ventas hayan sido un éxito.
Tal y como hemos venido publicando estas últimas semanas, el Valencia ha vendido a Diego Alves al Flamengo por un insignificante medio millón de euros, a Joel Rodríguez a la SD Eibar por 750.000, a Antonio Sivera al Deportivo Alavés por 2 millones y a Matheu Ryan, -aquí sí que hay que darle mérito a la secretaría técnica ‘ché’-, al Brighton por 6.
Cuatro ventas de cuatro buenos porteros que no llegan a los 10 millones de euros. Teniendo en cuenta que por los cuatro se podría haber sacado más y que Neto costó 7 millones, soy incapaz de decir que haya sido un buen negocio para el Valencia. Aunque el objetivo era vaciar la portería, y lo han cumplido.