
La Liga
El Sevilla se encuentra ante un dilema que no admite más aplazamientos: la necesidad de reforzar su delantera de manera contundente en el próximo mercado veraniego. La falta de eficacia en los metros finales ha sido uno de los principales factores que explican la irregular campaña del conjunto hispalense, un equipo históricamente competitivo que ha visto cómo sus opciones en muchas jornadas se esfumaban por la ausencia de acierto en el área rival.
El Sevilla necesita a un delantero de garantías
Isaac Romero, quien ilusionó a la afición en su irrupción con el primer equipo, no ha logrado mantener el nivel que mostró en sus primeras actuaciones. El joven atacante ha pasado de ser una promesa a verse superado por la presión y la falta de continuidad en el gol. Su rendimiento ha ido de más a menos, dejando en evidencia que aún no está preparado para asumir la responsabilidad ofensiva de un club con las exigencias del Sevilla.
Ni Kelechi Iheanacho ni Akor Adams han logrado hacer olvidar los problemas en ataque. El primero tuvo un paso gris, sin lograr adaptarse a lo que pedía el técnico, mientras que el segundo, aunque mostró compromiso y entrega, no pudo traducir su esfuerzo en cifras contundentes por culpa de las lesiones. Entre ambos no alcanzan un gol en competición doméstica, un dato preocupante para una plantilla que compite en la élite del fútbol español.
La dirección deportiva trabaja contrarreloj para encontrar un ariete con garantías, alguien que no solo tenga experiencia en contextos de alta presión, sino que llegue con la misión clara de liderar una reconstrucción ofensiva. En Nervión quieren un delantero que hable con goles, sin necesidad de largos periodos de adaptación ni promesas de futuro. La urgencia por resolver la sequía anotadora es total, y cualquier decisión que no implique un fichaje de impacto sería un nuevo paso en falso.