El Real Madrid podría estar lamentando no haber aprovechado la oportunidad de fichar a Kepa Arrizabalaga el pasado verano, cuando su traspaso era factible por una cifra cercana a los 15-20 millones de euros. El portero de Ondarroa, que ahora brilla bajo los palos del Bournemouth, está demostrando que, con la confianza adecuada, puede ser un guardameta de primer nivel.
En su cesión con los cherries, Kepa ha recuperado sensaciones que parecían olvidadas. Su actuación reciente frente al Tottenham, en la que fue pieza clave para la victoria del equipo de Andoni Iraola, ha dejado claro que el vasco sigue siendo capaz de rendir a un altísimo nivel. Intervenciones decisivas y una seguridad creciente en cada partido refuerzan la idea de que, con continuidad y respaldo, el guardameta puede ser determinante.
Una decisión de la que ahora se arrepiente el Real Madrid
El Real Madrid optó por no hacer efectiva su incorporación tras evaluar otras opciones en el mercado, prefiriendo cubrir su portería con alternativas más experimentadas como Kepa, pero en calidad de cedido, lo que terminó beneficiando al Bournemouth. Ahora, con el rendimiento que está ofreciendo, se plantea si aquel movimiento no fue un error estratégico.
El futuro del guardameta sigue siendo una incógnita. Con contrato con el Chelsea hasta 2026, el próximo verano será decisivo para determinar su próximo destino. El Bournemouth podría intentar retenerlo, mientras que otros clubes europeos seguramente tomarán nota de su resurgir. Entre tanto, en el Santiago Bernabéu queda la incógnita de qué habría pasado si hubieran apostado por un Kepa que, a un precio asequible, podía haber sido un gran refuerzo para el conjunto blanco. Una decisión que, ahora, parece más cuestionable que nunca.