
La Liga
En el tramo más decisivo del curso, cuando cada jugada cuenta y los errores se pagan caro, el Real Madrid ha visto cómo dos de sus piezas ofensivas, Rodrygo Goes y Brahim Díaz, se han desvanecido. Ambos comenzaron la temporada siendo los acompañantes habituales de Vinicius y Kylian Mbappé en el frente de ataque, cumpliendo con una función más táctica que brillante. Sin embargo, a medida que el calendario apretaba y los títulos se ponían en juego, su rendimiento ha caído en picado, generando una profunda preocupación dentro del club.
Rodrygo:
Rodrygo, que deslumbró en enero con actuaciones determinantes, ha entrado en una sequía alarmante: apenas un gol en sus últimos 22 encuentros. Ese bajón ha coincidido con resultados decepcionantes para el equipo, que se ha despedido prematuramente tanto de la Copa del Rey como de la Champions League. Su falta de acierto y protagonismo en los momentos clave lo han colocado en el centro de las críticas.
Brahim:
Por su parte, Brahim tampoco ha sido capaz de revertir su discreto papel. Un solo tanto en sus últimos trece compromisos, muchos de ellos sin siquiera completar los 90 minutos, refleja un apagón futbolístico que ha contribuido al pobre rendimiento colectivo. Se esperaba que ambos aprovecharan el espacio que generan las defensas centradas en frenar a Vinicius y Mbappé, pero no han estado a la altura.
Este desplome ofensivo ha obligado a Carlo Ancelotti a modificar su planteamiento, dejando de lado el sistema con tres atacantes para reforzar el centro del campo y buscar mayor solidez. En Valdebebas ya se habla de que Rodrygo y Brahim están bajo la lupa, siendo señalados como responsables directos del bajón competitivo del equipo en el momento más trascendental de la campaña.