Desde que Antoine Griezmann se convirtió en jugador del FC Barcelona, surgieron muchos análisis con la intención de determinar qué posición ocuparía dentro del sistema de juego del conjunto blaugrana. Una de las posibilidades, que venía de la mano con su rol en el Atlético de Madrid, era la de referencia ofensiva sea con un segunda punta (Diego Costa o Morata) o como delantero centro (con la presencia de otro mediocampista), roles que había interiorizado desde su llegada al conjunto colchonero de la mano de Diego Pablo Simeone. Pero, como es normal, existe una gran diferencia entre el plan de juego del entrenador argentino con la de Quique Setién, actual entrenador blaugrana.
A diferencia de Simeone, que le otorgaba libertad para que este se moviera por todo el flanco ofensivo (un rol parecido al que le quiere dar a Joao Félix), Quique Setién necesita en planteamiento una referencia ofensiva que, más allá de moverse y realizar desmarques en ruptura, que fije a los centrales rivales y que se genere una amplia brecha entre las dos líneas defensivas –en bloque bajo- que plantean los rivales contra el Barcelona. Que se genere ese espacio entre líneas para que los interiores y Lionel Messi puedan recibir con mayor libertad. Dicho rol, dentro de la plantilla actual, lo ocupa Luis Suárez quien, al perder movilidad y agresividad en sus desplazaminetos, se ha acoplado de mejor manera a dicha responsabilidad. Lo que, al mismo tiempo, no está logrando Griezmann.
Griezmann y un rol que lo desnaturaliza
El atacante francés es un futbolista que le gusta relacionarse con la construcción de la jugada y en la circulación de la pelota. Moverse entre líneas para entregar recepciones adelantadas y buscar recibir de cara en zonas más atrasadas. En donde tenga menos oposición del rival para ejecutar. Lo que, al mismo tiempo, pierda al tener que fungir como principal referencia ofensiva, más cuando comparte cancha con Lionel Messi, quien es el jugador al que más ventajas tácticas busca darle el entrenador del Barcelona.
Pese a que, como referencia, Antoine Griezmann logra explotar sus desmarques en ruptura y capacidad de amenazar a una última línea adelantada, al no relacionarse con el juego, termina minimizando su capacidad de impactar en el funcionamiento del equipo y se aleja del estilo de jugador que es. El que fichó el FC Barcelona el pasado mercado de fichajes de verano. Por esa razón, al mismo tiempo, mostró una versión determinante contra el Villarreal.
Contra el Submarino Amarillo, y a diferencia del partido contra el Real Valladolid, el francés obtuvo las libertades que le otorgaba el sistema debido a la presencia de Suárez, quien era el responsable de fijar a los centrales rivales. Con esa ventaja, Griezmann jugó mucho más cerca de Messi y fue una de las principales estrellas del partido. Uno de los mejores desde que llegó al Camp Nou.
Estadísticas de Griezmann vs Villarreal y Valladolid
Contra Villarreal: 72 minutos disputados (SofaScore)
-56 toques de pelota
-45 pases precisos
-97.8 % efectividad en los pases
-2 pases claves
Contra el Valladolid: 45 minutos disputados (SofaScore)
-14 toques de pelota
-9 pases precisos
-75% de efectividad en los pases
-0 pases claves
Pese a que los números hay que analizarlos por los contextos, existe una amplia diferencia entre su actuaciones ante dos rivales que exigían diferentes cosas pero que vienen de dinámicas diferentes. Y, al mismo tiempo, dejan en claro que para ver la mejor versión de Antoine Griezmann es necesario que tenga una referencia ofensiva por delante o que él no ocupe dicho rol. Que tenga una mayor capacidad de participar en el juego y que no se le aísle lejos de su propio equipo.