
UEFA Champions League
Durante meses, Neymar estuvo más cerca de la Serie A de lo que muchos imaginaban. Lo que empezó como una idea imposible se convirtió en un proyecto real dentro del Nápoles, un movimiento que, de haberse concretado, habría sacudido el mercado europeo. Entre enero y mayo, justo cuando el club celebraba su ansiado Scudetto, el astro brasileño fue uno de los nombres más debatidos en las oficinas del Diego Armando Maradona.
La “locura luminosa” que conquistó a la directiva
Según se cuenta desde 'Gazzetta dello Sport', el plan nació en enero, impulsado por Giovanni Manna, director deportivo del Nápoles. La propuesta era simple en apariencia, pero colosal en ambición: fichar a Neymar Jr. para liderar un proyecto que Antonio Conte acababa de asumir. El brasileño representaba la chispa mediática y futbolística capaz de elevar al equipo al rango de los gigantes europeos.
La operación fue bautizada internamente como una “locura luminosa”, un término que reflejaba tanto la brillantez como el riesgo de la apuesta. En varias reuniones participaron Manna, el presidente Aurelio De Laurentiis y Conte. Todos coincidían en que la llegada de Neymar sería un golpe de efecto sin precedentes para la entidad.
El problema, sin embargo, no fue el dinero. El club estaba dispuesto a realizar un esfuerzo económico considerable para traer al ex del Santos y del Barcelona. El obstáculo fue táctico y humano: cómo encajar a una superestrella en un equipo que ya funcionaba de manera coral, con jugadores en plena progresión. De Laurentiis y Conte temían que su llegada alterara el equilibrio del vestuario y frenara el desarrollo de talentos como Kvaratskhelia o Osimhen.
Neymar o De Bruyne, el dilema napolitano
El punto de inflexión llegó con la aparición de Kevin De Bruyne. Hasta entonces, Neymar era la prioridad absoluta. Pero cuando surgió la posibilidad de incorporar al mediocampista belga, el proyecto dio un giro radical. Manna llegó a reconocer internamente que “el día que pensó en Neymar, De Bruyne aún no era una tentación”.
La elección fue pragmática. Conte consideró que De Bruyne ofrecía un equilibrio táctico mayor, más acorde con la identidad del Nápoles. Así, el fichaje del brasileño fue quedando en segundo plano, hasta ser descartado por completo. El sueño de ver a Neymar iluminando las noches del Maradona se desvaneció, aunque dejó claro que el club del sur de Italia no teme aspirar a lo más alto.
El impacto que habría tenido Neymar en la Serie A
De haberse concretado, el fichaje de Neymar habría revolucionado la Serie A. Su presencia en el campeonato italiano significaba un salto mediático y futbolístico enorme. No solo habría elevado el atractivo global de la liga, sino que habría devuelto al Nápoles a un lugar de referencia internacional.
En términos futbolísticos, el brasileño habría encajado como un generador de desequilibrios, un artista capaz de decidir partidos con su magia. Pero también habría supuesto un desafío de gestión: mantener la cohesión de un grupo que había alcanzado el éxito desde la unidad. Conte, fiel a su filosofía, prefirió no romper esa armonía.
El regreso a Santos y un futuro abierto
Actualmente, Neymar milita en el Santos, el club que lo vio nacer. Tras su paso por Arabia Saudí, el delantero decidió volver a casa en busca de minutos y tranquilidad. Su rendimiento ha sido irregular, marcado por las lesiones, pero su nombre sigue teniendo peso en el mercado.
Desde Italia, varios futbolistas y analistas han insistido en que Neymar debería volver a Europa y probar suerte en la Serie A, una liga que ha recuperado brillo con estrellas como Luka Modric o el propio De Bruyne. No sería extraño que en los próximos meses resurjan los rumores de un posible regreso, quizás incluso con el Nápoles como destino.
Al final, la historia deja una lección clara: el Nápoles soñó en grande y estuvo a un paso de hacer historia. Ver a Neymar vestido de celeste habría sido un espectáculo único, una combinación de talento, audacia y fantasía. Pero el sueño se quedó en el papel, como un boceto de lo que pudo ser y no fue. Neymar sigue siendo, para la afición napolitana, la estrella que rozaron sin llegar a tocar.