Dani Olmo desconcierta y decepciona al Barcelona

El equipo catalán está muy decepcionado con el nivel de juego que está mostrando el mediapunta

Héctor Andreu | 6 Oct 2025 | 19.23
twitter tiktok instagram instagram Comentarios
Dani Olmo pierde importancia en el Barcelona / Cadena SER
Dani Olmo pierde importancia en el Barcelona / Cadena SER

La Liga
1 X 2
Barcelona Girona
18/10/25 16:15:00
1.20 6.50 13.00

El arranque de temporada de Dani Olmo en el FC Barcelona ha sido una pesadilla. En el Sánchez Pizjuán volvió a protagonizar una actuación deslucida, lejos de aquel jugador capaz de construir, asistir y decidir partidos.

Olmo y la vulnerabilidad ofensiva del Barça

Si algo ha caracterizado a Dani Olmo es su capacidad para moverse entre líneas y servir como enlace con el punta, aportando tanto disparo como visión. Pero en los últimos encuentros sencillamente no aparece. En Sevilla fue irrelevante: ni generó asociaciones, ni intentó romper líneas, ni siquiera buscó asumir responsabilidades cuando el equipo más las necesitaba. Las cámaras no enfocaban sus arrancadas ni pases decisivos porque, directamente, no los había.

Físicamente, transmite fragilidad. No da la sensación de estar en plenitud. Esa inercia lo ha alejado de la versión que Flick espera de él: el cerebro del ataque culé. El entrenador alemán siempre ha defendido su talento, lo ha calificado como el jugador más inteligente de la plantilla para esa zona ofensiva, y por eso mantenía su confianza incluso cuando otras opciones surgían. Pero ahora esa fe choca con una realidad incómoda.

La crisis de protagonismo ante la ausencia de Fermín

Desde el inicio de campaña, Flick ya dejó entrever que Olmo no estaba aún al cien por cien: prefirió dar prioridad a Fermín López o incluso experimentar con Raphinha en la mediapunta. La lesión de Fermín ante el Getafe abrió la puerta a titularidades consecutivas para Olmo, quien apostó: “Necesito minutos para coger ritmo”, dijo tras aquel duelo, el único en el que se atisbaron destellos. Desde entonces, ha jugado con continuidad, pero sin reacción visible.

El dato es claro: un solo gol y dos asistencias, unas cifras pobres para alguien llamado a marcar diferencias en La Liga. Esa intrascendencia resulta preocupante en un club que demanda lo máximo. Cuando el resto del equipo flaquea, se espera que el mediapunta desnude carácter. Pero Olmo falla en esa lectura: está invisible en los momentos críticos.

El Barcelona esta preocupado por el nivel de juego de Dani Olmo

Flick, el equipo y el contexto de La Liga

El 4-1 encajado ante el Sevilla marca un punto de inflexión para el equipo comandado por Hansi Flick. Él defendió el sistema tras la derrota, aunque lamentó el rendimiento individual y apuntó que el primer tiempo fue calamitoso. Pero el debate emerge: ¿el sistema está bien o son los intérpretes los que no rinden? Y en ese baile de responsabilidades, Olmo es uno de los damnificados.

El Barcelona pierde terreno en La Liga: tras su racha invicta, cede el liderato y queda a dos puntos del Real Madrid con 19 unidades. En ese escenario, no bastan las excusas; se exige que jugadores como Olmo aparezcan, que dejen huella cuando el equipo más lo necesita.

¿Reacción urgente o desgaste irreversible?

Queda margen de esperanza. Olmo no ha sido nunca jugador de rachas estáticas, y su historia deportiva muestra capacidades ofensivas destacadas. Su llegada al Barça fue vista como un golpe de efecto, una incorporación para elevar la calidad del mediocampo. Flick, consciente del desgaste, podría reducirle la carga o reenfocar su rol, pero una conversión táctica no arregla la carencia de resultados.

Si Olmo no recupera su mejor versión con prontitud, el Barça tendrá que replantearse su rol en un contexto de exigencia. Hansi Flick necesita ayer la versión que justificó su fichaje. En un equipo titubeante, se demanda que el hombre con visión y gol recupere el protagonismo perdido. Solo así podrá volver a mencionar su nombre con respeto en un proyecto ganador.

En definitiva: el silencio de Dani Olmo es demasiado estruendoso para un club de esta dimensión. El tiempo corre, y la exigencia en La Liga es despiadada. Si no despierta ya, el Barça lo lamentará.