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El fichaje de Isco Alarcón por el Real Betis durante el pasado verano ha resultado ser un verdadero acierto para el equipo verdiblanco. El centrocampista malagueño llegó al club bético con una cláusula de rescisión de tan solo diez millones de euros, un monto que ha captado la atención de varios clubes. Esta cifra, acordada entre el Betis y el propio jugador, fue establecida con la intención de proteger al equipo ante posibles ofertas tentadoras en el futuro.
Desde su llegada, Isco Alarcón se ha consolidado como pieza clave en el otrora titular del Betis bajo la dirección de Manuel Pellegrini. El jugador ha demostrado un rendimiento sobresaliente en el campo y se ha convertido en un pilar fundamental en el mediocampo del equipo. Su adaptación al estilo de juego del Betis ha sido sorprendentemente fluida, lo que ha entusiasmado tanto a la afición como al cuerpo técnico.
El fichaje de Isco se produjo en un contexto especial, ya que el jugador se encontraba sin equipo. La oportunidad de trabajar nuevamente con Pellegrini, quien ya lo dirigió en el Málaga, fue un incentivo adicional para Isco, y su deseo de demostrar su mejor fútbol en Heliópolis quedó patente. La decisión del jugador de unirse al Betis no solo convenció al club sino que también implicó un esfuerzo económico relativamente moderado por parte de la entidad verdiblanca.
Cláusula que permite retenerlo
Tal y como cuenta ABC, la cláusula de diez millones de euros establecida en el contrato de Isco representa un factor de disuasión para otros clubes interesados en ficharlo. El Betis se muestra tranquilo en relación con esta situación, ya que el jugador parece estar feliz en el equipo y disfrutando de un nivel de protagonismo que no había experimentado en mucho tiempo. Además, su excelente rendimiento en el campo no ha pasado desapercibido para el seleccionador nacional, Luis De la Fuente, lo que alimenta las esperanzas de Isco de regresar a la selección española en un futuro cercano si mantiene este nivel de juego.