
La Liga
En el Real Madrid ya no disimulan su preocupación con David Alaba. El defensor austríaco ha vuelto a caer lesionado de gravedad, y en el club blanco empieza a calar la idea de que ha dejado de ser un activo fiable. La última dolencia, una rotura en el menisco interno de su rodilla izquierda, ha encendido todas las alarmas. Es la misma articulación que lo tuvo apartado más de un año por una lesión del ligamento cruzado. Ahora, otra vez pasará por el quirófano y estará entre seis y ocho semanas fuera de los terrenos de juego.
El problema no es solo deportivo. El Real Madrid paga más de 22 millones de euros brutos al año por un jugador que cada vez aparece menos. En esta ocasión, Alaba ya arrastraba molestias desde hace semanas, y en el cuerpo técnico había sospechas de que algo no iba bien. Todo se confirmó en el partido ante el Getafe, donde no pudo continuar tras el descanso. Desde entonces, el escenario no ha hecho más que empeorar.
Su salida está sobre la mesa
Internamente, la directiva comienza a plantearse su salida de cara al próximo verano. Consideran que la relación entre lo que cobra y lo que aporta no compensa. Además, las constantes visitas a especialistas, el historial médico complicado y las múltiples intervenciones que ha sufrido en los últimos años, hacen temer que difícilmente volverá a ser el jugador que deslumbró en sus primeros meses como merengue.
Aunque el objetivo inmediato es que llegue a tiempo para el Mundial de Clubes, la sensación en Valdebebas es clara: Alaba está más cerca de la puerta de salida que de recuperar su sitio en el once. Y con su ficha como uno de los salarios más altos del vestuario, la decisión parece inevitable.