
Joan Laporta ya piensa en su continuidad como presidente del FC Barcelona, y con las elecciones programadas para 2026, el dirigente azulgrana quiere asegurar su reelección con una promesa de alto impacto: un fichaje galáctico que devuelva la ilusión al barcelonismo. El máximo mandatario del club trabaja en la sombra para construir una oferta electoral potente, cuyo principal reclamo será la incorporación de una estrella mundial que lidere el proyecto deportivo de la próxima etapa.
Erling Haaland:
En su lista de prioridades figura en primer lugar el nombre de Erling Haaland, el delantero noruego que deslumbra cada temporada con sus cifras goleadoras. Laporta lleva tiempo soñando con ver al atacante vistiendo de blaugrana y considera que podría llegar al Camp Nou a cambio de unos 120 millones de euros. La operación sería complicada, pero el presidente confía en que con la mejora económica del club para entonces, se puedan dar las condiciones para abordar su fichaje.
Julián Álvarez:
Sin embargo, Haaland no es la única carta que maneja Laporta. En caso de que la vía del noruego se complique, el plan B también resulta ambicioso: Julián Álvarez. El internacional argentino es muy valorado por la directiva y se considera un perfil ideal para reforzar la delantera. El Barça estaría dispuesto a presentar una oferta superior a los 100 millones de euros si el jugador sigue creciendo como hasta ahora. Además, existe el factor de que Álvarez podría cambiar de aires si no logra consolidarse como titular indiscutible.
Bradley Barcola:
La tercera alternativa, algo más económica pero igualmente ilusionante, es la del joven Bradley Barcola. El extremo del PSG es una de las grandes promesas del fútbol francés y su capacidad de desborde ha llamado la atención del área deportiva culé. Aunque el club parisino trabaja para ampliar su contrato, el interés del Barça podría alterar la situación. El traspaso rondaría los 80 a 100 millones.
Laporta sabe que para mantenerse en el cargo necesita más que promesas institucionales. El barcelonismo quiere volver a soñar, y la apuesta por un fichaje de primer nivel es su estrategia para captar apoyo popular. A dos años de las elecciones, ya se empieza a jugar el partido más importante: el de su futuro en el club.