De Paul, un infravalorado mundial que debe mirar a un gigante

En el mundo del fútbol hay una gran cantidad de noticias y hechos que escapan al entendimiento de los más utópicos. Y por supuesto, uno de los casos que se ajustan a esta valoración de la realidad es que un futbolista del nivel de Rodrigo De Paul siga defendiendo los colores del Udinese. Habla muy bien de su compromiso, su amor por unos colores, su sentimiento de grandeza... pero no puede seguir sucediendo desde el punto de vista del futuro y la carrera del jugador.

Rodrigo de Paul ha repartido esta temporada 7 asistencias y ha anotado otros 7 tantos en un equipo de cuestionable producción ofensiva y sin ser un jugador de ataque. Pero más allá de los números, la situación se agrava aún más cuando analizamos las sensaciones.

En el caso de De Paul, estas sensaciones responden a la superioridad. Coger el balón, conducir, superar líneas rivales y buscar siempre el mejor pase, consiguiéndolo en gran parte de los intentos. Y no es que el Udinese no sea un histórico del fútbol italiano, que lo es. Lo que sucede es que De Paul está para jugar en un equipo que sea serio aspirante a la Champions League, o al menos asiduo de las competiciones europeas año tras año.

Por el momento los rumores de salida del jugador brillan por su ausencia, pero... ¿acaso no encajaría a la perfección en la Atalanta de Gian Piero Gasperini, en el Sevilla de Julen Lopetegui o en el RB Leipzig de Julian Nagelsmann? Contextos distintos pero un escalón por encima de lo que ahora mismo preocupa a Rodrigo de Paul, un bastión fijo en la actualidad del centro del campo de la Selección de Argentina comandada por Lionel Scaloni.