Jack Grealish se ha convertido en un tema de debate en los últimos meses debido a la cantidad de dinero que invirtió el Manchester City en su fichaje en verano de 2021 y por el bajo rendimiento del futbolista desde que llegó al Etihad Stadium. Las redes sociales han explotado en las últimas horas por el enunciado: ¿Es el peor fichaje en la carrera de Pep Guardiola?
El problema principal del debate es que solo se basa en las características más superficiales del fútbol como juego global: El jugador costó X y no está rindiendo entonces es mal fichaje. Y el juego trasciende más allá de simples conclusiones que se sacan sin analizar el contexto que le rodea y el entrenador que le entrena. Y las principales virtudes del futbolista que, antes de su llegada a Manchester, era de los mejores de la Premier League.
Jack Grealish en el Aston Villa era la luz y la noche. Era el centro de todo lo que ocurría a la hora de atacar y, en dicho contexto, era de los jugadores más determinantes de la Premier League. Fuera del Big Six, mucho lo consideraban el mejor jugador de Inglaterra. Y ese es el futbolista que incorporó el Manchester City en verano del 2021 por más de 100 millones de euros. El precio es elevado, pero es entendible si se entiende el contexto: Era el jugador franquicia del Aston Villa con un contrato de larga duración.
Su problema es que, apenas tocó Manchester, Pep Guardiola comenzó a utilizarlo en una posición y un rol en la que no puede demostrar lo que hizo en Villa Park. Pasó de ser un jugador con pura libertad para intervenir en el juego a solo recibir abierto en banda para tener que verticalizar e imponerse en los duelos individuales. Y su mapa de calor en las últimas cuatro temporadas muestra un poco su situación actual:
Mapas de calor de Jack Grealish en las últimas 4 temporadas
El inglés es un futbolista que necesita tener contacto con la pelota, poder llevarla a donde quiere y poder eludir rivales para ir generando oportunidades de peligro. Guardiola lo incorporó para jugar a otra cosa, lo que no termina de explotar sus principales virtudes. ¿Es culpable el futbolista de la decisión del entrenador? Es la primera duda que tenemos que alejar del debate. No es Lionel Messi o Erling Haaland para que el español adapte su equipo a él, lo que es obvio porque hablamos de dos elegidos, estrellas mundiales. Ni Bernardo Silva ni Kevin De Bruyne, que son mejores que el inglés, fueron elegidos como dueños del equipo. Ambos tuvieron que adaptarse al sistema y a lo que necesitaba el entrenador de él. Y en ese contexto, Grealish tampoco termina de hacerlo y eso es un asterisco sobre su figura.
Por otro lado, Grealish no termina de romper el molde en la élite, pero es necesario recalcar que tiene menos de temporada y media en el club. El tiempo de adaptación, teniendo en cuenta la diferencia estilística y de calidad entre un club y otro, es necesario. O podemos irnos a casos puntuales como Jadon Sancho (flojo nivel en el Manchester United después de ser una estrella en el Dortmund).
La mayoría de las críticas van por su precio, que está lejos de ser el de un futbolista de su nivel, pero es un punto que no tiene que ver con el futbolista y que busca sacar conclusiones absolutas cuando todavía tiene mucho contrato por delante y tiempo para brillar en el club. Solo el tiempo dirá si el Manchester City es su contexto ideal para brillar o tendrá que salir para volver a ser un jugador diferencial, pero de lo que no hay duda es que tiene el nivel para jugar en la élite mundial. Y los que piensen lo contrario es que no vieron un partido del Aston Villa en su vida.