El pésimo futuro del Madrid por culpa de Zinedine Zidane

El Real Madrid lleva a varios años implementando una gestión de fichajes orientada principalmente a la llegada de jóvenes talentos del fútbol mundial a un precio de mercado razonable, e incluso asequible, si posteriormente ese futbolista se convierte con el paso de los años en uno de los mejores del mundo, en una serie de movimientos en el mercado con los que se esperaba que el club blanco tuviese un relevo generacional de garantías después de varios años de éxitos con una base sólida a las órdenes de Zinedine Zidane.

Sin embargo, todos esos jugadores que llegaron con vistas al futuro han ido abandonando el Santiago Bernabéu de forma paulatina por culpa del técnico francés y su inmovilismo a la hora de dar oportunidades a esas jóvenes promesas, apostando una y otra vez por el núcleo que le llevó a alcanzar la gloria europea con esas tres Champions League consecutivas, lo que ha provocado que todo lo que el Real Madrid empezó a construir en su momento con esas futuras estrellas se haya ido a la basura, teniendo a dia de hoy el conjunto blanco un futuro a corto plazo más que preocupante, ya que apenas quedan futbolistas menores de 25 años en el equipo.

Panorama futbolístico más que desolador

Si hacemos un repaso de la actual plantilla, el Real Madrid únicamente cuenta con Lunin, Odriozola, Militao, Fede Valverde, Odegaard, Vinicius, Rodrygo y Asensio como futbolistas que cumplan esas condiciones, no teniendo además algunos de ellos el nivel necesario como para ser piezas importantes en el futuro del Real Madrid, lo que añade más incertidumbre al futuro del conjunto blanco, todo ello después de contar con jóvenes promesas como Theo Hernández, Marcos Llorente, Sergio Reguilón o Achraf Hakimi, así como no dar oportunidades a otras como Kubo, Brahim o Ceballos, que han tenido que salir cedidos en busca de minutos.

Con este escenario, el Madrid debe plantearse una serie de cosas, y la primera por encima de todas debe ser la de apostar de una vez por todas por esa revolución que tanto se ha prometido y sigue sin llegar, y claro está de la mano de un entrenador que se atreva a hacer esos cambios, sin vender un humo como ha hecho Zidane en una segunda etapa nefasta para el futuro del club blanco.