Las ocho peores ventas de la historia del Inter

El Inter de Milán es el peor vendedor de la historia del fútbol, al menos en los últimos tiempos. De la misma manera que sabe detectar el talento de manera precoz, después, al llegar el momento de darle la confianza necesaria, no son capaces de hacerlo. Así, en las últimas dos décadas, por las filas nerazurras han pasado algunos de los mejores jugadores del mundo sin ser capaces de demostrar su valía y saliendo, al final, por la puerta de atrás.

Philippe Coutinho llegó a Europa a través del conjunto italiano. Tras tres años allí -con una cesión al RCD Espanyol de por medio- el brasileño fue vendido por ocho millones y medio de libras. Cinco años después es considerado uno de los mejores jugadores del mundo.

Un caso parecido al de Roberto Carlos: solo duró un año en el Inter de Milán. Desde allí llegó al Real Madrid, donde se convirtió en uno de los mejores laterales de todos los tiempos.

Clarence Seedorf hizo el camino inverso: del Madrid al Inter. Sin embargo, fue en el vecino AC Milan donde, tres años después, empezó a labrarse una historia de leyenda como centrocampista rossonero.

La primera parada de Bergkamp tras deslumbrar a Europa en el Ajax de Amsterdam fue el Inter de Milán. Vistió dos años la nerazzurra con escaso éxito, firmó por el Arsenal y el resto es historia...

Antes de la Juve, incluso antes del Milan, Andrea Pirlo fue jugador del Inter de Milán. Allí no confiaron en el fútbol de uno de los mejores centrocampistas del Siglo XXI, así que se tuvo que buscar el pan en otra parte.

El de Ronaldo Nazario es un caso especial. Él sí ofreció una excelente versión de sí mismo en el Inter, sin embargo, tras dos duras lesiones de rodillafue vendido al Real Madrid, donde tuvo tiempo de ofrecer grandes tardes de fútbol.

Balón de Oro en el año 2006 y uno de los mejores defensas que ha dado el fútbol italiano, Cannavaro fue vendido a la Juventus dos años antes de aquello: en el 2004.

Otro de los grandes defensas que ha dado el fútbol italiano. Bonucci Debutó en el Inter de Milán, pero al no recibir la confianza necesaria se marchó y acabó convirtiéndose en uno de los mejores centrales del mundo en la Juventus de Turín.