Fichajes Atlético de Madrid: Antoine Griezmann ya no es el mismo jugador que un día se fue

Esta segunda etapa del francés en el Wanda Metropolitano no parece que vaya a fructificar como la primera

Javier Macías Jiménez | 24 Sep 2021 | 17.27
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Fichajes Atlético de Madrid: Antoine Griezmann ya no es el mismo jugador que un día se fue "Foto: Marca"
Fichajes Atlético de Madrid: Antoine Griezmann ya no es el mismo jugador que un día se fue "Foto: Marca"

Cuando Antoine Griezmann se endosó por primera vez la elástica del Atlético de Madrid, lo hacía como uno de los mejores delanteros del mundo. En clara línea ascendente tras su etapa en la Real Sociedad, sin ser un nueve, pero con los números de uno. Un jugador rápido, vertical, difícil de defender, con mucho olfato goleador y capacidad para generar peligro constante.

Sin embargo, su paso por el FC Barcelona y el paso de las temporadas por su físico y su juego le han ido convirtiendo en otro futbolista ciertamente distinto, de diferente estilo de juego y menor nivel. En Can Barça ya no era la primera espada, ni siquiera la segunda. Su contacto con el balón se redujo y pasó a ser un atacante de aprovechar oportunidades, pero con serias dificultades para sacar rendimiento ante defensas cerradas.

Difícil volver a recuperarle

Desde luego, su regreso al Wanda Metropolitano ha sido una petición personal de Diego Pablo Simeone y eso es palabra santa en la capital española. Si alguien puede recuperarle es él, pero no será nada sencillo.

Antoine Griezmann no ha realizado ningún buen partido desde que volvió, ya no es rápido, no es tan determinante y no está cómodo dentro del equipo. Su influencia es tan escasa que ni siquiera se le nombra durante los encuentros del Atleti. No es precisamente una situación cargada de optimismo e ilusión para los intereses a corto plazo de la entidad rojiblanca.

Tácticamente se acabará adaptando a su nuevo rol, pero física y técnicamente nunca volverá a ser el mismo. Y lo peor de todo, que dentro de su cabeza tampoco parece que vaya a volver a recuperar la estabilidad en un equipo cuya afición todavía le pita al escuchar su nombre.