El FC Barcelona de los centros, con corazón y sin cabeza

La etapa de Ronald Koeman en el Fútbol Club Barcelona está finiquitada. Pocas opciones existen para que el neerlandés siga sentándose en el banquillo del primer equipo blaugrana, por razones obvias. Y sí, el equipo tan sólo suma una derrota en lo que va de temporada, pero demasiados pinchazos innecesarios y, sobre todo, unas sensaciones que incitan a pensar en que todo irá a peor, y no a mejor.

El esperpento atisbado durante el día de ayer en el Camp Nou es algo que no se recuerda desde hace mucho tiempo. Los jugadores estaban desconcertados, sin orden táctico ni una serie de directrices a seguir cuando tenían el balón. Un despropósito que acabó con el equipo pinchando y con el estilo de juego arrumbado, cambiando la combinación y el toque por los centros y la agonía.

Ya no es ADN, es sentido común

Y es que, cuanto antes se asuma que el Fútbol Club Barcelona ya no es un equipo preparado para actuar con los mandamientos cruyffistas, antes será posible avanzar. Ya no hay un centro del campo capacitado para realizar ese estético y efectivo estilo de juego, lo que queda es asumirlo y dar paso a otro estilo de juego, pero igualmente ordenado, trabajo y efectivo, no a colocar centros al área a defensas centrales a ver si cazan alguna. Lo hizo hasta en 54 ocasiones ante el Granada, más que el resto de la temporada.

Piqué y Araújo fueron la pareja de nueves de un equipo que está hecho pedazos y que debe conocer lo antes posible la salida de su entrenador. Lo que no está nada claro es que, sin Ronald Koeman, el panorama vaya a mejorar. Lo que sí es seguro es que empeorar ya no puede, porque es imposible.