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Raphinha, actual estrella del FC Barcelona, vivió momentos oscuros durante sus primeros meses en el club, a tal punto que consideró abandonar el conjunto catalán. A pesar de ser un jugador clave bajo la dirección de Xavi Hernández, nunca logró consolidarse como titular indiscutible, lo que generó una gran frustración en él. Su posición en la banda derecha fue disputada por figuras emergentes como Dembélé y el joven talento Lamine Yamal, mientras que en la izquierda tuvo que competir con João Félix y Ferran Torres. Esta competencia constante, sumada a la presión de los medios y la incertidumbre sobre su futuro, llevaron a Raphinha a cuestionar su permanencia en el club.
El brasileño confesó que los primeros seis meses en Barcelona fueron extremadamente difíciles, tanto para él como para su familia. Tras el Mundial, su rendimiento mejoró y logró terminar la temporada con mayor tranquilidad, pero el inicio fue tan complicado que llegó a plantearse seriamente la posibilidad de marcharse. Sin embargo, su determinación por triunfar en el Barcelona le hizo superar ese difícil período y resistir las constantes especulaciones sobre su salida.
Flick le ha dado la confianza que tanto necesitaba
Con la llegada de Hansi Flick, Raphinha ha encontrado una nueva estabilidad. El técnico alemán ha confiado plenamente en él, otorgándole un papel fundamental en el equipo, primero como acompañante de Lewandowski y luego desplazado a la banda izquierda sin perder protagonismo. Esta confianza culminó con la elección de Raphinha como uno de los capitanes del equipo, un honor que el jugador nunca imaginó alcanzar después de los difíciles momentos vividos.
Ahora mismo Raphinha es una de las estrellas más grandes del equipo culé ya que ha formado un tridente de lujo junto a Robert Lewandowski y Lamine Yamal y se ha convertido en una de las piezas más valoradas por Hansi Flick, quien le ha dado toda la confianza desde el primer momento que llegó al banquillo del Camp Nou.