"Simeone es un activo importante del club que debemos mantener. No se nos ha pasado por la cabeza en ningún momento que Simeone deje de ser el entrenador del Atlético de Madrid, y por supuesto no sería ni lógico ni justo buscar otro entrenador, con lo que tendremos Simeone para rato. Diego Pablo estará aquí hasta que él quiera", señaló el máximo mandatario del Atlético de Madrid.
A priori, estas declaraciones de Enrique Cerezo podrían sonar lógicas y, de hecho, lo son. Lo que sucede es que, a la vez que se refrenda la autoridad del entrenador, algo lógico que se ha ganado por sus grandes resultados, se le da carta blanca generando un enorme riesgo de conformismo y ausencia de autocrítica que, sin ser elementos propios de la personalidad del Cholo Simeone, podrían aparecer con más frecuencia.
Se necesita exigencia
Si algo necesita el Atlético de Madrid en este momento crucial de la temporada es exigencia. La Champions League es una prioridad para el club y poder repetir clasificación un año más, algo de lo que depende la estabilidad económica y deportiva del club.
Y estando de acuerdo con que no hay mejor entrenador para el Atlético de Madrid que Diego Pablo Simeone, pase lo que pase y teniendo en cuenta lo que ha conseguido, vivir del pasado sin exigir que el presente sea igual o mejor, sería un error de la dirigencia colchonera para mantener al equipo en la élite del fútbol español y europeo.