El Depor siempre ha sido un equipo simpático. Fue aquel equipo con el que lloró media España cuando Djukic falló el penalti. Años después el país entero lamentó la eliminación ante el Oporto tras haberse cargado al Milan en una remontada inolvidable. El Depor era un poquito de todos los aficionados españoles, hasta este año.
Aunque estuviera en 2ª y coqueteando con el descenso, muchos seguíamos teniendo cariño al Depor por lo que fue y lo que supuso plantar cara a los grandes colosos. Un club humilde que se codeó con los mejores y con el que tocaba solidarizarse cuando las cosas no salían bien. Pero toda esa reputación se está yendo al garete de un plumazo.
El Depor va a pasar de ser un equipo respetado y simpático a ser silbado y odiado cuando volvamos a tener fútbol con público. Sus maniobras en este final de temporada, aunque sean en defensa de sus intereses, están despertando mucho desapego en aficionados neutrales que sospechan un desenlace encaminado hacia una salvación de categoría que sería a todas luces injusta.
El Depor este año ha sido un auténtico desastre y ha merecido perder la categoría por méritos propios. Hace unas semanas pudo sellar la permanencia en su estadio ante un rival descendido como el Extremadura, pero fue incapaz de ganar y luego quiso los tres puntos en los despachos con una argucia a la desesperada que resultó ridícula.
Posteriormente llegó el ‘Fuenlagate’ y aunque es cierto que resta un partido por jugar, también lo es que el Depor no dependía de sí mismo en la última jornada y los resultados no le sonrieron. No se pueden pasar por alto las 41 jornadas previas en las que el conjunto gallego fue un desastre. La verdadera adulteración de la competición sería salvar al Depor.
La liga de 24 sería una atrocidad. Una adulteración es que al Leganés le quiten a sus dos delanteros y no le permitan fichar a Carlos Bacca. También lo es que el Eibar tenga que jugarse el descenso sin dos pilares claves como Orellana y Escalante. Otro caso a la vista es el del Zaragoza, que posiblemente jugará los playoffs sin su máximo goleador, Luis García. ¿No son eso adulteraciones de la competición mayores que no jugar un partido en el que ya no hay nada en juego?
El Depor, por ‘salvar su culo’ ha entrado en un juego de comunicados y rabietas infantiles que le va a costar caro a nivel de imagen. Adiós a ese equipo simpático y bienvenido al equipo llorón que quiere ganar en los despachos lo que no ha podido ganar en el campo. Además hay una sensación de que el Depor es el Madrid de 2ª División y ha sacado la artillería mediática contra un Fuenlabrada indefenso. Desde fuera, es la lucha de un trasatlántico contra un velero. Mi simpatía, siempre, será para el velero. Se acabaron esos días en que el Depor también fue velero.