La vergüenza de LaLiga en el clásico

LaLiga ha decidido cambiar de fecha y aplazar el partido entre el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid de la próxima semana por los altercados que se están viviendo en la ciudad condal, pero en cambio, no se ha hablado en absoluto del partido que disputará una semana antes el Espanyol como local frente al Villarreal, en plena revuelta en las calles de la ciudad.

Ese partido no se ha pospuesto, ni se ha propuesto un cambio de sede y jugar en Villarreal esta semana y la segunda vuelta en Barcelona. Tampoco de los partidos de Llagostera, Nástic, Prat, Sabadell o Badalona, que jugarán este fin de semana como locales en 2ªB.

El organismo encargado de gestionar la primera y segunda división sólo se ha limitado a mirar por el partido entre Madrid y Barcelona, porque no le preocupa en absoluto la seguridad de este, sino más bien la imagen que pueda darse en el resto de los países de lo que está sucediendo en Catalunya.

Está claro que el impacto mediático que tendrá el clásico será mucho mayor al que puede tener un encuentro del Espanyol y el Villarreal, por la masa social que mueven los equipos, pero si se excusan en la seguridad para mover de fecha el partido, deberían hacerlo con todos los partidos que se jueguen dentro de los territorios en conflicto y no sólo con uno de ellos.

O, como se hizo con el Barcelona – Las Palmas el 1 de octubre de 2017, disputar el encuentro a puerta cerrada, pero claro, eso da todavía peor imagen a LaLiga española y por lo tanto es una medida que el presidente, Javier Tebas, no está dispuesto a llevarla a cabo.

Lo importante es que fuera de España todo parezca bueno y bonito, que el espectáculo de los dos equipos de siempre no se ve a afectado, y si en el resto pasa cualquier cosa, que se vayan a jugar a otro sitio.