El mundo de los gustos está en blanco, o eso dicen. Si aplicamos esta vertiente del siempre variado refranero español al mundo del fútbol, la multiplicación de las opciones resulta ilimitada. El fútbol de toque, un estilo más defensivo, la posesión, el contraataque, el balón parado, el otro fútbol… Inabarcables opciones que cada técnico utiliza de una determinada forma e intenta plasmar por medio de diversas técnicas sobre el terreno de juego. Hoy, intentaremos dilucidar cómo ve el fútbol uno de los entrenadores más interesantes de la historia del fútbol: Marcelo Bielsa, que actualmente dirige al Leeds United de la Championship inglesa.
En una entrevista concedida a un medio argentino, Bielsa fue caracterizado como un obseso (heredado de Bilardo) con tinten menottianos. ¿Esto qué significa? Pues nada más lejos de un técnico obsesionado con el compromiso defensivo, la pugna por el balón, pero con ganas de practicar buen fútbol ofensivo. El propio míster trató el asunto.
“No hay ninguna contradicción entre ambos. Lo que pasa es que en la Argentina, jamás los técnicos obsesivos se preocuparon por jugar ofensivamente. Y yo soy un obseso del ataque. Yo miro vídeos para atacar, no para defender. ¿Sabes cuál es mi fútbol defensivo? Corremos todos. El trabajo de destrucción tiene cinco o seis pautas y chao, se llega al límite. El fútbol ofensivo es infinito, interminable. Por eso es más fácil defender que crear, destruir que construir. Correr es una decisión de voluntad, crear necesita del indispensable requisito del talento”.
Qué podemos añadir a las palabras de un maestro como Bielsa. Un loco del fútbol al que aplaudir, escuchar, del que aprender y callar.