Griezmann es `invisible´ para Suárez y Messi

Una pieza aislada y desasistida en el nuevo tridente

César Ponce Becerril | 2 Nov 2019 | 10.25
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Todavía no se puede hablar de nuevo tridente. No al menos hasta que Antoine Griezmann de signos de haberse integrado. Hasta ahora el francés no acaba de encontrar su sitio y sus números no consiguen maquillar las pobres sensaciones mostradas.

Especialmente preocupante es la falta de sintonía con Messi y Suárez. No se puede hablar de mal entendimiento entre ellos, ya que éste mas bien es nulo, como si no quisieran buscar esas pequeñas asociaciones tan importantes en el fútbol.

Messi y Suárez tienden a buscarse entre ellos. Se agradecen cada pase al igual que se perdonan cada envío defectuoso. No hay reproches entre ellos, hasta el punto que en ocasiones parecen jugar sin compañeros alrededor. Esta relación no favorece la entrada de ningún elemento extraño en este ecosistema tan cerrado, aunque se trate de uno de los mejores jugadores del mundo.

Lejos de entender que Griezmann puede facilitarles la vida, tanto Messi como Suárez tienden en estos primeros partidos a aislarle, sensación que se ve acentuada con la posición del francés, demasiado arrinconado en la banda. Lo que debía ser una adaptación natural, con polos capaces de atraerse por su calidad, está siendo un proceso mucho más complejo. Messi parece agradecer que la tercera pieza del tridente sea un hombre con tendencia a pedirla al espacio, como Ansu Fati o Dembélé, antes que un Griezmann cuya tendencia es ocupar una zona del campo próxima a la del argentino, llegando a cortocircuitar el ataque.

Los tres deben aprender a retroalimentarse y lograr el mayor beneficio posible para el equipo. Ya empiezan a aparecer estadísticas de los pases dados entre Messi y Suárez en comparación con los que dan a Griezmann, una estadística que se mirará con lupa hasta que el tridente consiga una autonomía propia de la que hasta ahora no hay rastro.

Messi y Suárez tienen que hacer el esfuerzo de integrar a Griezmann y éste debe hacer lo propio por adaptarse a ellos y dejar de ser invisible. Sólo así, ganarán los tres, y también ganará el Barça.