En la Liga sólo hay dos equipos a los que Diego Pablo Simeone no ha conseguido derrotar. Uno es su archirrival, al que, a pesar de ganarle una liga en su propio estadio, nunca ha podido ganar en competición nacional, como es el Fútbol Club Barcelona, con quien se ha enfrentado en quince ocasiones y ha cosechado cinco empates y diez derrotas, su principal cuenta pendiente. El otro es, quizás, un poco menos conocido para el aficionado medio. Es el RCD Mallorca, un recién llegado a la categoría de oro del fútbol español, que tras unos cuantos años en el ostracismo, ha vuelto. Simeone se ha visto las caras con el conjunto balear en tres ocasiones y en ninguna ha conseguido ganarle. Pero no es cosa del técnico argentino, el Atleti sólo ha ganado en Son Moix una vez en sus últimas diez visitas.
La última vez que el Atleti consiguió sumar de tres en Mallorca, Agüero era el delantero colchonero, y, por cierto, dio un recital de fútbol anotando tres goles en su último partido con la camiseta rojiblanca. Los bermellones son esos rivales que se le atragantan a un grande. Los duelos entre mallorquines y madrileños siempre se le atragantaban a los de la capital. No obstante, mucho han cambiado los dos equipos desde la última vez que se enfrentaron. Desde la última visita del Atleti a la isla, el Calderón todavía no había vivido una clasificación a la final de la Champions -que no a la Copa de Campeones- y el Mallorca no había descendido al infierno de Segunda B.
Parra arrojar más luz sobre el tema, la primera derrota como visitante de Simeone al frente del banquillo rojiblanco fue en Palma de Mallorca, el 18 de marzo de 2012, a los dos meses de haberse hecho cargo del Atlético de Madrid, con los tantos en contra de Godín, en propia puerta, y de Pereira, frente al gol con el que recortó distancias Radamel Falcao. A partir de ahí, el equipo rojiblanco viajó dos veces a la capital de las Islas Baleares y siempre sacó puntos, pero nunca sumó de tres.